Creada con fines económicos, la obsolescencia programada es una práctica que existe desde hace décadas y que está contaminando la Tierra con sus desechos. Fabricantes de diferentes sectores, en el especial el tecnológico, la ejercen para garantizar a priori sus constantes ingresos y crecimiento. Aunque en el proceso, quienes adquieren sus dispositivos nuevos para reemplazo porque los necesitan, o creen necesitarlos, no salgan del todo beneficiados; entre otras cosas, porque su economía en realidad resulta perjudicada.
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La obsolescencia programada
La obsolescencia programada consiste en un método poco ético de vender, aunque muy practicado por un gran número de fabricantes en el mundo, quienes al elaborar sus productos determinan la vida útil que estos tendrán. De esta forma garantizan vender más y sin cesar.
Fabrican productos para que duren poco y no sea posible repararlos o resulte más costoso hacerlo que comprar uno nuevo. Así, los consumidores deberán reponerlos por aparatos nuevos. Esto ocurre especialmente con aparatos tecnológicos, desde bombillas incandescentes, lavadoras, microondas, TV, auriculares, móviles…
Las farmacéuticas y otras industrias como la de la moda también se aprovechan de esta estrategia. Estas últimas apuestan por la obsolescencia programada al establecer nuevas tendencias en diseño o al disminuir la calidad de los tejidos. Así llevan al cliente a adquirir lo nuevo del mercado y desechar lo que tiene solo porque está pasado de moda.
¿Esta práctica ofrece alguna «ventaja»?
Esta práctica poco ética influye en el desarrollo económico del país. De esta forma, las industrias se pueden mantener activas en el tiempo, debido a su constantes ingresos. Además de satisfacer sus intereses económicos particulares, también son generadoras de empleo.
Como consecuencia de la continua y abundante demanda de productos, muchas personas tienen trabajo. Profesionales, mano de obra cualificada y mano de obra simple intervienen en el diseño y fabricación de los diversos productos que van al mercado.
Las consecuencias negativas de la obsolescencia programada
Aunque la obsolescencia programada influye en el desarrollo económico, su práctica provoca serios problemas que trae implacables consecuencias en el medioambiente. Estas no solo afectan las generaciones presentes, también y con mayor gravedad, a las futuras.
Uno de los problemas más graves para la humanidad es el impacto ambiental provocado por la basura electrónica, la cual es desechada cada día en grandes cantidades y cuya acumulación va en crecimiento, debido a que su reciclaje no es eficiente.
Asimismo, también influye el consumo muchas veces indiscriminado de los recursos naturales como materias primas, entre los que se encuentran el agua, minerales, madera, entre otros. Un proceso que se realiza sin devolver nada positivo a la naturaleza.
Por otra parte, el tener que comprar con cierta frecuencia productos para reemplazar otros perjudica la economía de las personas. Al verse obligadas a gastar para sustituir sus aparatos u otros elementos necesarios o no, su capacidad de ahorro se ve disminuida.
Posibles soluciones a los problemas provocados por la obsolescencia programada
Existen alternativas viables para contrarrestar las importantes consecuencias causadas por las grandes cantidades de residuos electrónicos y otros desechos, como son:
- La economía circular, basada en la teoría ecológica de las «3 erres» (reducir, reutilizar y reciclar) es una solución muy efectiva. Este método reduce el consumo y va de la mano con el modelo de tendencia de sostenibilidad. Este busca ofertar productos y servicios obtenidos del uso eficiente de los recursos y lograr mayores ciclos de vida.
- Compra productos sostenibles, es decir, hechos con materiales biodegradables o productos de segunda mano. De no ser posible, infórmate bien cuál es la vida útil del producto antes de hacer la compra. Además, cerciórate de que tenga garantía y de que cuente con repuestos en el mercado.
- Compra productos de marcas que se conozcan por la calidad de sus productos en el tiempo.
- Adquiere productos libres de obsolescencia programada. Desde hace más de una década, FENISS (Fundación Energía e Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada) creó el sello de garantía ISSOP (Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada), el cual ha sido adoptado por industrias que se identifican con la sostenibilidad. Estos productos lo llevan en sus etiquetas como garantía de que son libres de obsolescencia programada, reparables y de calidad perdurable en el tiempo.
- Conoce y apoya los movimientos y las leyes propuestas en busca de la sostenibilidad, para la protección del medioambiente en España y en el resto del mundo.
- Conoce las leyes que existen en la actualidad o están surgiendo para proteger al consumidor. Puedes empezar por la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios de España y los Reales Decretos 110/2015 y 58/1988. En ellos se establece el derecho del consumidor a ser informado sobre las condiciones y características de los bienes y servicios; así como de las garantías que deben acompañarlos.
El cambio en nuestro día a día
Ante la necesidad de corregir las consecuencias en el medioambiente, debemos actuar como sociedad. Algo sencillo que podemos hacer es cambiar nuestro día a día, incorporando algunos hábitos sostenibles. De esta forma estaríamos enfocándonos en la búsqueda de la sostenibilidad en la vida cotidiana.
Al comprar prefiriendo lo sostenible y aplicar las 3R podemos intervenir de manera significativa, impactando de forma positiva en el planeta. Además, es un modo de apoyar a las industrias amigables con el medioambiente, es decir, a aquellas que, entre otras cosas, rechazan la obsolescencia programada. Con esto el empleo no faltará y la economía sostenible seguirá en desarrollo en beneficio de todos.