En 2050, se espera que en el planeta habiten más de 10.000 millones de personas, lo que supone un gran desafío para la producción alimentaria y el uso sostenible de los recursos naturales. La acuicultura surge como una posible solución sostenible para enfrentar estos desafíos y ofrece beneficios notables tanto en términos económicos como ambientales.
En este artículo, te mostramos cómo esta actividad puede contribuir a mejorar la alimentación, el cuidado del medio ambiente y generar oportunidades de innovación y negocios. La gestión adecuada de la acuicultura sostenible puede ser la clave para lograr un equilibrio entre la demanda de alimentos y el cuidado del planeta.
Indice de contenidos
¿Qué es la acuicultura?
La acuicultura es una actividad destinada a producir y engordar organismos acuáticos en su propio medio, según la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Se trata de una práctica que se realiza en condiciones controladas y se enfoca en el cultivo de especies útiles para el consumo humano, como peces, moluscos, crustáceos y plantas.
Esta actividad implica una intervención humana significativa, con el objetivo de aumentar la producción a través de la concentración de poblaciones, la alimentación adecuada y la prevención de los depredadores. La acuicultura es una opción viable para satisfacer la creciente demanda de alimentos de alta calidad en el mundo, y continúa evolucionando para mejorar aún más su eficiencia y sostenibilidad.
¿Por qué la acuicultura es sostenible?
La acuicultura ha sido objeto de numerosos debates en relación con su sostenibilidad. Hay quienes argumentan que, dado el crecimiento constante de la demanda de pescado, la acuicultura es una solución necesaria para satisfacer esta necesidad y evitar la sobreexplotación de las poblaciones de peces.
Sin embargo, otros sostienen que la acuicultura tiene un impacto significativo en el medio ambiente, a través de la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación de las aguas. Cabe resaltar que nuevos avances han permitido que esta práctica sí sea sostenible, si se lleva a cabo adecuadamente. Veamos algunos motivos que lo explican.
Ayuda a la repoblación de algunas especies
La acuicultura se ha convertido en una alternativa sostenible para ayudar a la repoblación de algunas especies marinas que se encuentran en peligro de extinción. Además, la acuicultura ofrece la oportunidad de cosechar de manera responsable y garantizar la seguridad alimentaria. Debido a su enfoque ecológico, esta técnica no solo ayuda a proteger las especies en peligro, sino también a mantener el equilibrio de los ecosistemas acuáticos.
Disminuye el consumo energético del sector alimentario
En el sector alimentario, el consumo energético es un problema persistente que puede dañar seriamente nuestro medio ambiente. En la acuicultura, en cambio, se utiliza menos energía para la producción de alimentos y se logra una mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales.
Alimentación sostenible
A diferencia de lo que se cree, la alimentación de las especies se basa principalmente en alimentos de origen vegetal y no animal. Esto no solo contribuye a una menor huella de carbono en la producción, sino que también reduce la presión sobre las poblaciones de peces silvestres. Además, los alimentos utilizados en la acuicultura son cuidadosamente seleccionados para cumplir con los estándares de calidad y sostenibilidad, garantizando así la salud tanto de los peces como de los consumidores.
¿Cuál es la situación de la acuicultura en España?
España se enorgullece en ser el primer productor acuícola de la Unión Europea, así lo reflejan los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) del año 2018. En ese año el país contaba con más de 5.000 establecimientos y una producción cercana a las 320.000 toneladas.
Uno de los factores que hacen que España cuente con una producción acuícola tan diversa es que se pueden cultivar cerca de 40 especies de acuicultura marina y continental. Además, la mayoría de estas especies se crían con fines comerciales y alimenticios, aunque también existen otros motivos como la conservación de las especies en peligro o los nuevos usos relacionados con la acuicultura ornamental o la producción de biodiésel.
Finalmente, la acuicultura es un importante motor de desarrollo para las zonas costeras, y constituye una importante fuente de empleo.
La importancia de seguir investigando para beneficiarnos de la acuicultura de manera responsable
La acuicultura es una actividad clave para alcanzar una producción alimentaria y el uso sostenible de los recursos naturales en la actualidad. Esta práctica se ha convertido en una alternativa factible para satisfacer la creciente demanda de alimentos de alta calidad y minimizar el impacto ambiental a la vez.
Para ello es necesario que desde los gobiernos se implementen políticas adecuadas, de manera que esta práctica pueda seguir contribuyendo al desarrollo socioeconómico. Además, es importante incentivar y promover la investigación científica e innovación tecnológica en torno a la acuicultura sostenible, para que esta práctica siga siendo una solución viable a los problemas de alimentación y conservación del medio ambiente.