A lo largo de los años, los avances tecnológicos nos han permitido llevar una vida mucho más fácil. Pero cuando esas mismas tecnologías fallan, pueden causar grandes desastres con consecuencias generalizadas. Desde grandes fallos de software a sistemas enteros que se bloquean sin previo aviso, algunos de los fracasos más destructivos de la historia han sido causados por una tecnología que salió mal. En este artículo, exploraremos algunos de los mayores desastres tecnológicos a lo largo de la historia. Averiguaremos qué salió mal y a quién afectó estas catástrofes.
Indice de contenidos
Explosiones en una planta de gas LP en México (1985)
Fue un día que nunca se olvidaría en San Juan Ixhuatepec, o San Juanico. Sobre las 6:00 de la mañana, la tranquila zona se vio sacudida por las explosiones en una planta local de gas LP propiedad de Pemex. Como las sacudidas de la explosión provocaron roturas estructurales, las tuberías que transportaban gas LP se incendiaron rápidamente. Esto hizo que las llamas se propagaran con tal ferocidad que alcanzaron una altura de hasta dos kilómetros.
A los que se encontraban cerca les pareció que la noche se había convertido de repente en luz diurna, pues se despertaban con destellos de luz que iluminaban el entorno. Lamentablemente, familias enteras de San Juanico pagaron caro este momento de la historia y es que muchas murieron inmediatamente al incendiarse casas enteras. Mientras que los que tuvieron la suerte de escapar huyeron en busca de seguridad y refugio.
El desastre de la ciudad de Texas (1947), otro de los desastres tecnológicos más impactantes
El desastre de Texas City de 1947 sigue siendo uno de los accidentes más trágicos de la historia de Estados Unidos, y un crudo recordatorio del peligro siempre presente de los materiales inflamables. Aunque sólo habían pasado dos años desde el final de la II Guerra Mundial, los trabajadores del Grandcamp estaban cargando el barco con fertilizante de nitrato amónico, un explosivo utilizado habitualmente por el ejército estadounidense en tiempos de guerra.
Pocos segundos antes de la detonación, se perdieron 581 vidas y 3.500 resultaron heridas, además de producirse daños por valor de 150 millones de dólares a causa de la catastrófica explosión que pudo oírse a 240 kilómetros de distancia. Hoy en día, esta tragedia sirve como importante lección sobre las precauciones de seguridad y sobre anteponer el deber para con la salud a las normas y el coste de la industria.
Explosiones en la planta nuclear de Fukushima, en Japón
(2011)
La central nuclear de Fukushima, en Japón, es un crudo recordatorio del desastre que puede producirse cuando chocan sucesos naturales y errores humanos. El triple desastre que se produjo el 11 de marzo de 2011 fue devastador. Consistió en un terremoto de magnitud 9, un tsunami resultante con olas inmensas y el accidente nuclear de mayor nivel jamás registrado. Esto provocó el fallo de los diques de contención y la inundación de la central. Además los sistemas eléctricos y de refrigeración de los reactores dejaron de funcionar.
La peor parte se la llevó la fusión del combustible nuclear de tres reactores (1, 2 y 3), que generó grandes cantidades de hidrógeno, provocó nuevas explosiones y liberó radiación al medio ambiente a un ritmo alarmante.
Grandes desastres tecnológicos: explosión de Chernobyl (1986)
La catástrofe de Chernóbil de 1986, que se produjo como consecuencia de un ensayo de seguridad fallido en el reactor nº 4 de la central nuclear de Ucrania, tuvo repercusiones catastróficas que se sintieron a cientos de kilómetros. Los efectos radiactivos fueron 400 veces más potentes que los de la bomba que se lanzó en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial.
Como resultado, se evacuaron 135.000 personas de la zona y se estableció una zona de exclusión con un radio de 30 kilómetros, que acabó cubriendo 4.143 kilómetros cuadrados alrededor del emplazamiento original de la central nuclear. A día de hoy, las pruebas de la explosión siguen siendo visibles y se sigue sintiendo su impacto casi 35 años después.
Incendio de un depósito de combustible en Egipto (2018)
La noche del 14 de octubre de 2018, la ciudad de Darnaka, en Egipto, fue azotada por una tormenta que acabaría provocando un desastre masivo. Todo empezó cuando un depósito militar de combustible explotó debido a un rayo. Esto desencadenó un muro de fuego que envolvió la ciudad y se desplazó rápidamente por la región. Junto con él llegó un enorme diluvio de lodo, lluvias torrenciales y petróleo ardiendo intensamente.
Al menos 410 personas perdieron la vida a consecuencia de este catastrófico suceso. Más tarde se informó de la muerte de otras 63 en otros lugares del Alto Egipto a causa de las inundaciones repentinas. Cientos de personas resultaron heridas y docenas desaparecieron mientras seguía aumentando el número de víctimas mortales.
Cómo los grandes desastres tecnológicos han tenido consecuencias duraderas
Como hemos visto, los desastres tecnológicos pueden tener consecuencias devastadoras. Estos sucesos nos recuerdan la importancia de actuar con la debida diligencia al manejar y desarrollar nuevas tecnologías. Para saber más sobre las formas en que se utiliza la tecnología para reducir los residuos y promover la sostenibilidad, visita nuestra web Hogar Sostenible.