¿Generar nuestra propia electricidad para el consumo cotidiano de nuestro hogar? Por supuesto que es posible. El autoconsumo solar fotovoltaico surge como la opción más accesible y práctica de producir electricidad mediante una fuente totalmente renovable y sostenible. En este sentido, incorporar una instalación fotovoltaica en nuestros hogares reduce la dependencia de la red de distribución. Por consiguiente, genera una considerable reducción en la factura, que puede llegar al 70%.
En este artículo, conocerás algunas nociones básicas sobre esta alternativa de generación eléctrica sostenible.
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El autoconsumo solar fotovoltaico nos permite generar y consumir nuestra propia energía. Lo que, a su vez, nos proporciona una mayor autonomía y un ahorro significativo en nuestras facturas de electricidad. Por medio de placas solares fotovoltaicas obtenemos la energía solar que será transformada en electricidad, para el consumo diario en nuestras viviendas.
El funcionamiento del autoconsumo solar fotovoltaico podría resultar algo difícil de entender al principio. Sin embargo, al conocer todos los detalles del mismo, notarás que una de sus ventajas principales es su sencillez. Gracias a un fenómeno que conocemos como efecto fotovoltaico, la luz solar que incide en un grupo de placas solares -compuestas por celdas de silicio y otros materiales- se transforma en electricidad. En principio, es corriente continua (CC), no apta para el funcionamiento de electrodomésticos y otros equipos. Por eso, debe pasar a un inversor solar que la convertirá en corriente alterna (CA). Entonces, ya podemos usarla para el autoabastecimiento de nuestras viviendas o empresas.
En efecto, existen diferentes tipos de autoconsumo solar fotovoltaico. Básicamente podemos definirlos por el uso al que está destinado el sistema y si está conectado a la red eléctrica o no. Algunos de ellos son:
El autoconsumo de tipo residencial se encuentra dividido en autoconsumo conectado a la red o aislado. Además, en este punto también se habla del autoconsumo con o sin excedentes vertidos a la red.
Si hablamos del autoconsumo conectado a la red, para su instalación se requerirán dos conexiones. Una dirigida al sistema eléctrico del hogar y otra hacia la red de distribución de una compañía eléctrica.
Por otro lado, si optamos por un autoconsumo aislado, esto implicaría una desconexión total de la red eléctrica. Esto quiere decir que, si no cuentas con una batería para almacenar energía, no dispondrás de energía eléctrica por las noches o en días nublados.
¿Qué ocurre con el excedente de energía que se produce en estos dos casos? Si decidimos por el autoconsumo conectado a la red, la energía excedente puede inyectarse a la red y, por ella, podemos recibir una compensación. En el caso de optar por una conexión aislada, esta energía puede ser almacenada en las baterías. Como dijimos, esto permite al usuario disponer de electricidad en horas de menor producción de energía fotovoltaica.
Existe la posibilidad de elegir una instalación conectada sin compensación de excedentes. Sin embargo, no es una opción recomendable, en el momento de maximizar la rentabilidad del sistema.
Al tratarse de instalaciones de autoabastecimiento, debemos saber que estas pueden ser usadas de forma individual o compartida. Cuando hablamos de un autoconsumo compartido significa que una misma instalación está conectada a varios hogares o una comunidad de vecinos. Incluso, existe el autoconsumo compartido para grupos de pequeñas empresas.
Estos sistemas, ya instalados previamente, suelen ser usados en áreas comunes, como, por ejemplo, garajes, pasillos de edificios e incluso bombas para las piscinas. El autoconsumo individual, por su parte, es el que abastece a los hogares unifamiliares.
El autoconsumo industrial ya es considerado una opción óptima por gran cantidad de empresas. Esto debido a su capacidad para cubrir la demanda de electricidad de los procesos en cualquier área productiva. Al igual que las instalaciones residenciales, las empresas pueden verse beneficiadas con una disminución considerable en el monto de las facturas de la luz.
Las principales diferencias entre las instalaciones fotovoltaicas para empresas y las residenciales, son las siguientes:
En síntesis, los componentes básicos de un sistema de autoconsumo solar fotovoltaico, son:
Además, es importante incluir otros elementos como los optimizadores de potencia, energy meters o vatihorímetro, y/o las baterías de almacenamiento.
En definitiva, los sistemas de autoconsumo solar fotovoltaico constituyen una forma óptima, limpia y sostenible de producir energía para tu hogar. De hecho, son varias y relevantes las ventajas de decidir por esta opción. Algunas de las más importantes son:
En términos prácticos, la factibilidad de ahorrar en la factura de luz sin disminuir tu calidad de vida es el principal atractivo del autoconsumo. No obstante, lo más interesante de esta alternativa energética es su impacto positivo en la conservación del planeta. Producir nuestra propia energía mediante autoconsumo solar fotovoltaico contribuye decisivamente en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por el uso de recursos fósiles no renovables para producir electricidad. ¿A qué esperas para hacer tu hogar más sostenible mediante el autoconsumo?
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