¿Todos los jardines son sostenibles? ¿O hay algunos tipos de jardines que pueden dañar el medio ambiente? En este artículo vamos a aclarar qué es y cómo hacer un jardín ecológico.
Los jardines, en muchas ocasiones, se construyen solo con fines estéticos. No hay duda de que las plantas naturales, bien cuidadas, embellecen cualquier ambiente.
Pero es necesario entender que cuando no hay cuidado en relación a la sostenibilidad, el proyecto puede ser perjudicial para el medio ambiente.
Desde la compra de materiales y otros recursos que se utilizarán hasta el cuidado de las plantas, todo influye en el grado de sostenibilidad de los jardines.
Indice de contenidos
El jardín sostenible o ecológico es aquel que respeta los ciclos naturales y la biodiversidad de cada región y además usa los recursos de forma responsable para la supervivencia.
Son jardines que se caracterizan por un bajo mantenimiento, lo que se traduce en menores costes.
En otras palabras, son espacios ecológicos y amigables porque se desarrollan a partir de la adopción de alternativas saludables de cultivo.
La jardinería sostenible mantiene tus plantas en la mejor forma sin hacer mella en la capa de ozono.
También estás creando un entorno más seguro para que tú, tu familia y tus mascotas pasen el tiempo, especialmente si tienes plantas que pretendes consumir, como frutas, verduras o hierbas.
Un jardín sostenible reduce las emisiones de carbono, al usar los restos de comida y los desechos orgánicos como abono.
Esto fomenta la generación de bacterias y hongos buenos que ayudan al suelo a absorber el carbono más rápido que los fertilizantes sintéticos y ayudan al suelo a retenerlo.
¿Estás listo para empezar con tu jardín ecológico? Presta atención a estos consejos para lograrlo:
Los fertilizantes ecológicos son el resultado de la descomposición de residuos animales y vegetales. Se obtienen del compostaje, el proceso de descomposición de materia orgánica que contiene microorganismos que son capaces de generar un compuesto rico en nutrientes para el suelo.
Puedes hacer compost con estiércol animal, residuos de cocina, residuos urbanos, flores secas, hojas secas, tallos viejos, madera, etc. Todos estos pueden usarse y colocarse en un contenedor de compost donde se descompondrán y luego se convertirán en un fertilizante natural.
Plantar las especias locales es clave para la jardinería sostenible. Las plantas nativas se aclimatan de forma innata a las condiciones locales, lo que las hace más fáciles de cultivar y mantener.
Las plantas nativas a menudo requieren menos agua para crecer debido a su familiaridad con el suelo y la lluvia en su región, lo que contribuye a ahorrar agua en tu jardín.
Uno de los pilares de la jardinería ecológica es reducir el uso de productos químicos siempre y cuando sea posible.
Las recetas caseras que incluyen vinagre y harina de gluten de maíz son sustitutos efectivos de los herbicidas dañinos a base de químicos. Cualquiera que sea el método que elijas, es importante quitar la maleza a mano con frecuencia.
Implementa un sistema de riego, con el fin de no desperdiciar el agua. Incluso también es recomendable recoger el agua de lluvia mediante cubos o regaderas. Colócalos bajo techos inclinados o bajo canaletas para que se llenen rápidamente y puedas utilizarla para regar tus plantas. Otra solución es instalar un colector de agua de lluvia justo al lado de tu jardín para que puedas usarlo para regar tus arbustos.
Cada material o recurso ha incorporado la energía necesaria para crearlo. Algunos materiales, como macetas o suministros de jardinería, tienen un mayor impacto ambiental que otros, así que investiga cuáles usar.
Considera reciclar y reutilizar artículos del hogar para utilizarlos en tu jardín, en lugar de comprar siempre nuevos. Intenta darles una nueva vida a las cosas viejas.
Hay muchas maneras fáciles y sin desperdicios de hacer macetas. El cartón de los rollos de papel higiénico y de cocina funciona eficazmente como maceta biodegradable.
Emplea únicamente recipientes de plástico reciclables si estás seguro de que podrás reutilizarlos una y otra vez. Una vez que hayan estado en el suelo, es posible que ya no sean aptos para el reciclaje.
Hace tiempo que la sostenibilidad dejó de ser una tendencia. Cada día más personas se suman a crear un mundo menos contaminado contribuyendo de diferentes maneras.
Y una de esas maneras es con la creación de un jardín sostenible, un desafío que vale la pena para tener un huerto urbano. Por supuesto, todo lo que hagas en tu jardín debe complementarse con el estilo de vida que elijas. Todas tus decisiones dejarán una huella de carbono, y cuanto mayor sea esta, más tendrás que hacer en el jardín para reducir su impacto negativo. Una sola elección marcará la diferencia, y muchas pequeñas decisiones pueden marcar una gran diferencia.
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