Los cultivos de cobertura se han convertido en un método popular para mejorar la fertilidad del suelo, reducir la escorrentía del agua y controlar las malas hierbas para muchos agricultores de todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su amplio uso, no todo el mundo sabe exactamente lo que son ni los numerosos beneficios que pueden aportar. Si te interesa saber más sobre cómo funcionan los cultivos de cobertura y sus muchas ventajas, sigue leyendo.
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Los cultivos de cobertura o abonos verdes son aquellos que permiten mejorar la calidad de los suelos y aumentar la biodiversidad en las áreas agrícolas. Además, son muy útiles para prevenir plagas y disminuir su impacto en el cultivo principal. Tanto el monocultivo como el policultivo pueden beneficiarse de los abonos verdes. En regiones semiáridas o con suelos erosionados, los cultivos de cobertura tienen un papel clave en la sostenibilidad agrícola.
Existen tres categorías principales en los cultivos de cobertura:
Estos cereales anuales, como el trigo, el maíz y la avena, crecen rápidamente y dejan residuos fáciles de manejar. Pero eso no es todo, también tienen raíces fibrosas fuertes que protegen los suelos de la erosión. Aunque es cierto que las gramíneas no tienen la propiedad de fijar el nitrógeno atmosférico, sin embargo, su relación simbiótica con la bacteria Azospirillum les permite acumular nitrógeno del suelo. Esto las convierte en una opción cada vez más popular en la agricultura moderna.
No solo tienen la capacidad de añadir nitrógeno al suelo, las leguminosas también son excelentes cuando se trata de evitar la compactación del suelo, lo que hace que sean especialmente valiosas en sistemas agrícolas sostenibles. Y lo mejor de todo es que cuanto más grande es el cultivo, mayor es la cantidad de nitrógeno que fija. Si estás buscando algunas opciones de leguminosas para sembrar en tu huerto, podrías probar con el trébol encarnado o blanco, la alfalfa o la veza.
Además de absorber nitrógeno del suelo y producir abono verde, estas plantas también se pueden utilizar para controlar las malezas antes de la siembra. Las brásicas, los rábanos forrajeros, los nabos, las caléndulas, las mostazas y otros cultivos de hoja ancha son excelentes opciones para los productores que desean mejorar la salud de su suelo. Mientras que estas plantas pueden ser susceptibles a las condiciones invernales extremas, son una excelente opción para mejorar la calidad del suelo.
Entre los numerosos beneficios que ofrecen los cultivos de cobertura, destacan los siguientes:
Con estas muchas ventajas, es fácil ver por qué los agricultores están adoptando cada vez más el uso de cultivos de cobertura en sus campos.
Los cultivos de cobertura son una herramienta importante para la agricultura sostenible. Esto se debe a que proporcionan múltiples beneficios a los agricultores, como la mejora de la fertilidad del suelo y un mayor control de las plagas. También pueden ayudar a reducir la erosión del suelo y mejorar la retención de agua en el mismo.
Estas ventajas hacen que los cultivos de cobertura sean una opción popular entre los agricultores en la actualidad, ayudándoles a producir cosechas sanas y de alto rendimiento con un impacto medioambiental mínimo. Por tanto, es importante tener en cuenta los beneficios de los cultivos de cobertura al planificar una explotación agrícola o un huerto.
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