La huella ecológica mundial en 2016 era de 2,7 para una biocapacidad de 1,6. Según Global Footprint Network, la institución que hizo el cálculo, esto indica que se necesitaron 1,7 planetas para cubrir las necesidades de los humanos en ese año. Solamente la de Estados Unidos llegó a 8,1 en el mismo período. En 2021, dicho marcador para España fue de 4 para una biocapacidad de 1,2.
¿Quieres entender mejor qué es esto de la huella ecológica y por qué es tan importante para nuestro futuro como humanidad tratar de reducirla? Te invitamos a leer este artículo, donde te lo explicamos brevemente.
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La huella ecológica, también denominada huella medioambiental, es un indicador que permite medir el impacto que los seres humanos ejercemos sobre el planeta. En otras palabras, se define como la superficie ecológica productiva requerida, para producir los recursos que consume una persona promedio de una comunidad determinada. Y, a su vez, la superficie necesaria para la recolección de los residuos que genera, sin importar la ubicación de dichas superficies. Es usado como un indicador de escala internacional para conocer el efecto que generan nuestros hábitos en el entorno.
En sí, el concepto del cálculo de la huella ecológica proviene de los aspectos que describiremos a continuación:
Para medir tu huella ecológica, debes tener en consideración dos puntos importantes:
Entonces, puedes calcular la magnitud de tu huella ecológica restando los recursos que consumes, de los recursos generados por el planeta durante un año. Esta huella medioambiental es expresada en hectáreas globales (hag). Aplicada de forma genérica, esta fórmula reveló que, en promedio, un ciudadano europeo requiere de aproximadamente 4,5 hectáreas. Por su parte, un norteamericano necesita de 6,6 hectáreas y un habitante de África 2,7 hectáreas.
Evidentemente, estas cifras a escala mundial indican que la capacidad del planeta no es suficiente para cubrir las necesidades básicas de todos sus habitantes. Dicho de otro modo, consumimos más recursos y producimos muchos más residuos que la biocapacidad del planeta para asimilarlos. En fin, estamos forzando los límites de la resiliencia de la naturaleza a escala mundial.
Visto de esta manera, la finalidad de medir tu huella ecológica es identificar las acciones que puedan estar comprometiendo al planeta. De esta forma, podemos encontrar diversas soluciones para reducir el impacto ambiental y así continuar con las labores de cuidado del medio ambiente. A los efectos, en la búsqueda de mayor exactitud para este cómputo puedes recurrir a las calculadoras de huella ecológica de instituciones como Global Footprint Network o la Fundación Vida Sostenible.
Ahora bien, uno de los consejos más efectivos a seguir para disminuir tu huella ecológica, es aplicar la regla de las 3R ecológicas. Es decir, reducir, reutilizar y reciclar.
En esencia, el propósito de esta primera regla es disminuir el gasto, tanto de los bienes de consumo, como de las materias primas. En consecuencia, esta reducción disminuye las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y controla el consumo de energía.
Por otro lado, la segunda regla tiene como objetivo prolongar la vida útil del producto, antes de que este sea desechado. Así que, para llevar a cabo este paso, asegúrate de saber qué otros usos le puedes dar a los productos que tengas en tu hogar.
Por último, el reciclaje consiste en tratar los residuos restantes, para crear nuevos productos. Un ejemplo de ello puede ser reciclar el aceite de cocina ya usado para crear biocombustibles. Descartar este residuo por el lavavajillas, puede llegar a ocasionar obstrucciones en tuberías y alcantarillados. Adicionalmente, produce efectos negativos en el proceso de regeneración de los ríos, la fauna y la flora. Como dato importante, tan solo un litro de aceite de cocina, es capaz de contaminar hasta mil litros de agua.
Ciertamente, la reforestación no puede contrarrestar los efectos de las emisiones del dióxido de carbono por sí sola. Aun así, sigue siendo una herramienta indispensable para agradecer al planeta por todo lo que nos ha ofrecido. De hecho, contribuye a reducir la huella de carbono y de otros gases de efecto invernadero. Por si fuera poco, es una de las formas más económicas de contribuir con el cuidado de nuestro planeta.
Más aún, existen otras recomendaciones que puedes aplicar en el hogar e incluso en tu cocina, para así continuar disminuyendo tu huella ecológica:
Debemos recordar que, como individuos, la huella ecológica de cada uno de nosotros implica un impacto importante sobre el medioambiente. Por lo cual, tenemos la responsabilidad de proteger los recursos naturales del planeta, al mismo tiempo que cuidamos el bienestar de nuestro entorno. Solo así podemos garantizar la preservación de los ecosistemas y sus especies. A medida que sigamos generando impactos positivos en el planeta, mayores serán los beneficios, además de asegurar un futuro completamente sostenible. Recuerda: ¡No tenemos un “planeta B”!
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