Superalimentos de cultivo ecológico, estilos de vida más eco friendly o slow life, gusto por el reciclaje y la reutilización de mobiliario, ropa y accesorios…Algo está cambiando en nuestra sociedad. El medio ambiente nos preocupa y asistimos al surgimiento de una nueva generación mucho más comprometida con su entorno. Quizás porque los efectos del cambio climático se están haciendo evidentes y esto nos preocupa, o porque el bullicio de la vida diaria nos ha hecho tomar conciencia del placer que encontramos en lo simple pero bello, como es la naturaleza. Ahora hay que sumar una nueva tendencia inspirada en la búsqueda de la armonía y equilibrio ambiental, y se trata de la bioconstrucción.
Estamos tan rodeados de tecnologías que olvidamos el placer que supone salir a la naturaleza y lo mucho que nos da la Madre Tierra. Cierto que tras la pandemia, algo ha cambiado en nosotros y, lo positivo, es que más gente se ha sumado a iniciativas que tienen que ver con la preservación medioambiental y han cogido el gusto a eso de cuidarse volviéndose más ecológicos. Esto también está ocurriendo en el sector de la arquitectura.
Antes, en alguna ocasión hemos visto o escuchado acerca de la construcción sostenible, pero más como un concepto lejano y futurista. Ahora, no nos conformamos con tener alrededor espacios verdes como parques y jardines, sino que también queremos edificios verdes que mejoren nuestra calidad de vida pero también la del entorno. Es aquí donde entra en juego la arquitectura sostenible.
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Construir sobre un terreno supone un impacto al entorno de este espacio. La bioconstrucción trabaja buscando y aplicando la fórmula para que este impacto sea mínimo y que se puedan hacer compatibles nuestras necesidades de habitabilidad, sin renunciar a las comodidades, pero respetando lo más posible al ecosistema. Esto que parecía imposible hasta hace unos años, ahora ya se está haciendo realidad.
Además, realmente nos conviene adquirir una vivienda verde, porque este tipo de edificaciones nos permite ganar autonomía, por ejemplo, en el uso de recursos como la energía. Así ahorraremos en la factura de la luz.
La construcción sostenible contempla la sostenibilidad y eficiencia de principio a fin, porque debe considerar la búsqueda y fabricación de materiales para la edificación que sean respetuosos con el medio, con procedimientos sostenibles desde la propia fábrica donde se crean estos materiales y, por supuesto, para su aplicación. También el diseño arquitectónico debe buscar el aprovechamiento inteligente de los recursos. Pues la persona que habitará en la vivienda, se presume que va a llevar un estilo de vida igualmente sostenible. Pero para que lo entiendas mejor, vamos a ver a continuación, cuáles son las características de la arquitectura sostenible.
Conociendo las características de las viviendas sostenibles, es fácil imaginarse las ventajas que aporta vivir en edificios verdes. Vamos a detallarlas de todas formas, porque son más de las que piensas.
Podrás comprar una vivienda verde que ya esté construida, sin embargo, al menos por ahora que no hay demasiada demanda ni oferta de esta clase de arquitectura todavía, lo ideal es que tú mismo participes en el diseño de tu hogar eficiente. Como es lógico con la asesoría de expertos que puedan plantear soluciones a tus necesidades y así diseñen tu vivienda adaptada a ti.
¿Trabajas en casa? ¿Te dedicas a las artes? ¿Tienes niños? ¿Tienes mascotas? Cada familia tendrá un estilo de vida por el cual dará un mayor o menor uso a las diferentes estancias de la vivienda o necesitará un espacio u otro con diferentes características. La bioconstrucción tiene que pensar no solamente en atender las demandas de la familia que vivirá en la casa, sino también en cómo satisfacer esas necesidades de manera sostenible.
Las casas ecológicas cuentan con tecnologías que permiten reutilizar el agua. Por ejemplo, hay sistemas que permiten aprovechar el agua que cae de la ducha para luego cargar la cisterna. Y otros dispositivos que consiguen que salga agua caliente del grifo nada más abrirlo, evitando así que se desperdicie agua esperando a que esta se caliente cuando queremos ducharnos o lavarnos las manos, fregar, etc., con agua caliente. Este consumo menor de agua al final se nota en la factura.
La iluminación puede darse, por ejemplo, por medio de diodos emisores de luz, que consumen hasta un 80% menos que las bombillas tradicionales y, además, son más duraderas.
También se colocan placas solares para obtener energía natural. Entre otras medidas para minimizar la necesidad de consumo eléctrico.
Aparte de tener todas las comodidades, las estaremos disfrutando (luminosidad, buena temperatura, ventilación, etc.), sin necesidad de usar la energía eléctrica. Es decir, tendremos una independencia energética mucho mayor que en una vivienda convencional.
El precio de las viviendas verdes es menor de lo que piensas. Porque aunque ofrecen todas las ventajas que hemos visto, los materiales que se utilizan para construirlas suelen ser más baratos, porque vienen de materias primas sencillas. Además, consumirás menos luz y menos agua que en una vivienda clásica, de modo que a largo plazo vas a obtener un gran beneficio económico.
Si te ha gustado conocer acerca de la bioconstrucción y te gustaría tener una vivienda sostenible, seguro eres una persona que apuesta por llevar un estilo de vida sostenible. Te invitamos a conocer también cómo funciona la movilidad sostenible.
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