¿Has escuchado el término inmótica? Si te gusta investigar sobre los avances tecnológicos que están presentes en la vida cotidiana, seguro que sí. El desarrollo de la ingeniería no se detiene y, afortunadamente, ha conducido a la aparición de sistemas que mejoran la calidad de vida a la vez que optimizan el consumo energético.
En este artículo te contamos todo sobre la inmótica: qué es, en qué se diferencia de la domótica, cuáles son sus ventajas y más. ¡Sigue leyendo!
Indice de contenidos
Se trata de un sistema que contempla el uso de un conjunto de tecnologías para la gestión integral de grandes espacios. Ofrece una solución tecnológica para el manejo de diferentes aspectos de un recinto complejo, a través de la conexión con redes de comunicación comunes.
La inmótica puede utilizarse para espacios como hoteles, centros comerciales, universidades, aeropuertos, bancos, edificios comerciales, recintos hospitalarios, plantas de producción industrial y similares.
Con su aplicación, permite que el responsable gestione diferentes dispositivos inteligentes de manera organizada, incluso desde un solo ordenador.
Los términos son parecidos, pero guardan diferencias que conviene resaltar. En primer lugar, la escala de aplicación. La domótica está pensada como una solución para las viviendas. Por su parte, la inmótica tiene un alcance más amplio, al dirigirse a espacios de escalas mayores.
Este hecho implica que la inmótica también contempla dispositivos más complejos y caros, mientras que la primera tiene elementos más baratos y sencillos. Después de todo, los autómatas para viviendas deben ser pequeños para no ocupar demasiado espacio. Además, deben tener un precio competitivo para que los propietarios se puedan permitir la implementación de un sistema de gestión inteligente a esta escala.
En cambio, los dispositivos inmóticos son más grandes, de mayor potencia y suelen instalarse lejos de la vista del usuario, como en salas o centros de control especialmente dispuestos para ello.
Eso sí, estas diferencias no implican que ambos sistemas no puedan ser compatibles. La instalación de los sistemas inmóticos debe ser completamente personalizada en cada espacio, y en ocasiones puede beneficiarse de la implementación de elementos domóticos. Por ejemplo, los complejos de viviendas podrían gestionarse a nivel macro, pero involucrar elementos micro dentro de cada hogar.
La implementación de estos sistemas de gestión integral conlleva una inversión inicial, pero a largo plazo suele valer la pena. Contar con este nivel de automatización y gestión holística, la administración de acciones, alertas, servicios de mantenimiento y consumo energético son mucho más organizados y acertados.
A continuación, explicamos 3 de las principales ventajas que la inmótica ofrece:
La inmótica permite gestionar un alto número de elementos y de procesos en un espacio grande. Esto ofrece beneficios sobre aquellos recintos de infraestructura amplia y/o compleja, además de que permite controlar todos esos aspectos en un espacio determinado; e incluso, desde un mismo dispositivo.
De este modo, además, se optimiza la supervisión y el mantenimiento de los espacios, al tener acceso inmediato a las alertas de funcionamiento o de eventualidades que necesitan ser atendidas.
Algunos de los elementos que pueden ser vigilados y gestionados a través de estos sistemas son la climatización en general (temperatura, humedad y otros), luces, lugares de acceso, ascensores, consumo eléctrico; así como alertas ante intrusiones, intentos de vulneración de la seguridad, incendios, inundaciones y más.
Como se ha mencionado, uno de los usos de esta tecnología es el ahorro energético. Se ha comprobado continuamente que su implementación deriva en ahorros considerables del consumo eléctrico.
Esto a su vez reduce los costes operativos y las tasas de pago adicionales que se imponen en algunos países a los recintos comerciales que tienen un alto gasto de electricidad. De este modo, se mejora enormemente la sostenibilidad de estas infraestructuras y se obtiene un ahorro de dinero.
El nivel de ahorro de energía depende mucho del edificio y de sus características. A nivel ilustrativo, pueden ir desde un 20% de reducción del consumo eléctrico (por ejemplo, en hospitales) hasta un 40-50% en centros comerciales y edificios de oficinas.
Otra gran ventaja de la inmótica es que puede incrementar la seguridad del lugar, que protege tanto a las personas que se encuentren dentro, como el patrimonio existente a nivel inmobiliario y de bienes materiales.
La integración de dispositivos contra intrusiones, robos y vandalismo, en conjunto con los dispositivos que alertan de posibles siniestros o accidentes, permiten que los responsables puedan actuar rápidamente para subsanar el problema.
En resumen, todo lo que puede controlarse a nivel inteligente o automatizado puede integrarse en un sistema de inmótica. Considerando los grandes beneficios de control y supervisión que ofrecen, además del gran ahorro energético, no es de extrañar que cada vez más compañías los adopten.
Hoy en día es un factor bastante común de las empresas sostenibles, pues se trata de una solución sumamente práctica para la gestión integral de elementos asociados con la seguridad, la supervisión empresarial, el mantenimiento del edificio y el bienestar de los usuarios.
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