Los países nórdicos son un ejemplo de desarrollo para el resto de países del mundo. Esto se debe a su excelente educación, su sistema de salud pública envidiable, una economía estable y los niveles de felicidad más altos del planeta. ¿Quién no ha soñado vivir en estos países o al menos visitarlos? Asimismo, encabezan también los índices de sostenibilidad en el planeta.
Hoy te contaremos por qué estos países son ejemplo de la lucha contra el cambio climático.
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Los países encadinavos se caracterizan por contar con una gran inversión sostenible, que los convierten en la envidia de todas los países del mundo. Estos son algunos de los datos que nos permiten comprender el por qué.
Los nórdicos están considerados entre los países más sostenibles del mundo no gratuitamente. De hecho, Noruega se encuentra en el primer puesto del ranking actualmente. Suecia, Dinamarca y Finlandia también están en la lista. Esto se debe a que desde hace años se han puesto manos a la obra para mejorar sus indicadores ambientales. Estos datos son aportados por la compañía RobecoSAM, especializada en desarrollo sostenible.
Para lograr tener países más ecológicos, es importante que los gobiernos se involucren en el proceso. Estos juegan un papel protagónico en la implementación de estos proyectos. Tal es el caso de Noruega, cuyo parlamento aprobó un plan para alcanzar la neutralidad climática en el año 2030. Estas cifras recortan el tiempo para alcanzarla, adelantándose a la fecha que la Unión Europea indicó como tope para el bloque en el 2050.
Los proyectos llevados a cabo en esta región del mundo involucran el uso de la energía hidráulica. Noruega está a la cabeza con el 98% de su consumo a través de este método.
Suecia, por su parte, aboga por el uso de las energías renovables en un 100%, para evitar consumir combustibles fósiles en su industria. Para ello, están invirtiendo tanto en energía hidráulica, como en energía eólica construyendo grandes parques aerogeneradores.
Finlandia, por ejemplo, comenzó a cerrar las minas de carbón en su territorio, con la finalidad de suprimir el consumo de estos recursos tan contaminantes. Este proyecto inició en 2021, aunque en 2012, Finlandia ya no dependía principalmente del gas, carbón o petróleo para generar la mayoría de su energía.
Dinamarca, por su parte, está haciendo importantes inversiones para lograr el consumo de energías renovables en un 100%, con la unanimidad del parlamento apoyando esta iniciativa. El proyecto danés toma la energía eólica como principal fuente renovable y desde 2015 han logrado exportar el excedente a los países vecinos.
En estos países, la sociedad se ha visto involucrada en el proceso de ecologización. La ciudadanía tiene una amplia concienciación, siendo Noruega específicamente un referente, gracias a su sistema de gestión de residuos. Los noruegos no consideran los desechos como basura, sino recursos con los cuales se puede mantener el sistema energético nacional.
Así, los desechos se separan de una forma mucho más específica que en otros países europeos, agregando otros contenedores donde desechan material tóxico o electrónico. Estos, además de los contenedores tradicionales de vidrio, cartón, plástico y desechos orgánicos que todos conocemos.
Diversas ciudades en la región han sido galardonadas por ser las más ecológicas del mundo.
Muestra de ser de los países más ecológicos del mundo, es la presencia de la primera capital verde al norte del continente europeo: Estocolmo. La Unión Europea declaró en el año 2010 a la urbe Sueca como la más ecológica de la región.
Este reconocimiento como «Capital Verde» se otorga a aquellas que muestran el empleo de políticas destinadas a mejorar el medio ambiente. Dicha ciudad es reconocida también por incentivar y promover el turismo ecológico.
Otra ciudad ecológica es Malmö, al sur de Suecia. Esta era una ciudad industrial contaminada, con una huella ecológica deplorable y deprimida económicamente como consecuencia de diferentes crisis que afectaron al país en los 70. Fue gracias a la iniciativa gubernamental y la ciudadanía que Malmö pasó a ser una de las más ecológicas de Europa y el mundo.
Se estima que en Malmö se recicla cerca del 80% de la basura que genera. Otro ejemplo de eficiencia, es el barrio residencial Västra Hamnen, donde se abastece de energía a las casas con métodos renovables. También cuenta con una bomba capaz de extraer calor de las aguas subterráneas de los mares del norte, ofreciendo calefacción y refrigeración a la ciudadanía.
Otro ejemplo de sostenibilidad es la ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca. Esta ciudad es considerada una de las 40 ciudades más sostenibles y en 2017, fue la más verde del mundo. Copenhague lleva a cabo planes para convertirse en la ciudad más ecológica del mundo nuevamente. Su objetivo es lograr 0 emisiones de carbono y tener agua totalmente potable para el 2025.
Otras políticas del gobierno son la construcción de espacios públicos donde se incentiva el uso de bicicletas y el contacto con la naturaleza.
Otra ciudad digna de mencionar es la capital Noruega, Oslo. Esta, es considerada la ciudad más eco-friendly del mundo en la actualidad. Las autoridades hicieron una importante inversión sostenible en materia de tecnología e innovación, entre otros.
Asimismo, abogan por una eficiente planificación urbanística. Además, otorgan incentivos para el uso de bicicletas, limitan el tráfico de coches de combustión y fomentan la compra de vehículos eléctricos.
A pesar de su éxito implementando energías renovables, esta parte del mundo sigue tomando políticas para disminuir su emisión de carbono en un 70%. Y es que el norte de Europa todavía genera mucho C02, contaminando al medio ambiente de forma preocupante.
Esto se debe al alto consumo de carne en estos países y el empleo de combustibles fósiles que, aunque menor, sigue estando presente. Asimismo, el uso de plásticos en diversos ámbitos de su industria incide en la emisión de C02.
Según las cifras, Finlandia (8.66), Noruega (9.27), Islandia (6.06) y Dinamarca (5.94) producen aún más toneladas de material por persona que países como España. Este país produce solo unas 5.03 toneladas, bastante menos que sus vecinos del norte.
Sin embargo, los gobiernos de estos países siguen tomando medidas correctas. Así, logran mantenerse entre los más ejemplares en la gestión de las energías renovables, el desarrollo humano y la sostenibilidad a pesar de todo.
Un estudio llevado a cabo por científicos finlandeses ofrece diversas soluciones para disminuir en un 80% la huella material sin sacrificar el bienestar. Entre las sugerencias más importantes, destaca la reducción aún mayor del uso de combustibles fósiles en detrimento de energías renovables.
Como la ganadería genera mucho C02, sugieren modificar la dieta de la ciudadanía por una en la que se incluyan más vegetales. Además, sugieren modernizar los edificios antiguos en lugar de hacer nuevas construcciones y la actualizar el transporte público.
En definitiva, los países nórdicos han sido y seguirán siendo un ejemplo de desarrollo para el mundo en los siglos venideros. Sin embargo, la lucha contra el cambio climático y la huella de carbono depende de todos, no solo de los gobiernos. La ciudadanía también debe involucrarse en el proceso de forma activa. Si te interesa saber más sobre la sostenibilidad y cómo practicarla en casa, conoce los diversos tipos de reciclaje en nuestro blog.
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