Las iniciativas de ahorro de energía no son solo individuales. Si vives en una urbanización cerrada o en un edificio residencial, es posible hacer sinergia con tus vecinos para establecer estrategias colectivas de eficiencia energética. La unión de todos los residentes es esencial para ahorrar energía en una urbanización o comunidad de vecinos. De esta manera, es posible que todos por igual obtengan una reducción sustancial en sus facturas eléctricas y contribuyan a ralentizar el cambio climático.
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A continuación, te ofrecemos algunos tips que puedes proponer en la próxima junta de vecinos y que pueden formar parte de un plan para ahorrar energía en una urbanización.
Recientemente hubo cambios en la factura de electricidad en España y durante este año hemos apreciado una fluctuación del precio del kilovatio/hora. Estas circunstancias motivan la revisión de la potencia contratada con la comercializadora. Algunas comunidades de vecinos y administradores de fincas no se fijan en este detalle y, en muchos casos, continúan pagando la tarifa por defecto. Con frecuencia, esta potencia es mayor de la que realmente necesitan los usuarios, por lo que estarían pagando de más.
Mientras menos kilovatios tenga contratados la urbanización o comunidad, menor será el importe reflejado en el término fijo de la factura de luz. Nuestra recomendación es evaluar el consumo mensual de cada vivienda y revisar los contadores para saber si los usuarios contrataron la potencia adecuada. Así, es posible verificar si es procedente reducir dicha potencia.
En realidad, la iluminación suele demandar cerca del 25% del consumo eléctrico. Por ello, usar de manera racional las luminarias en viviendas y áreas comunes es pertinente para ahorrar energía en una urbanización o comunidad. No obstante, es indispensable tomar otras medidas complementarias que marcarán una diferencia en la cuantía de la factura:
Sin duda, el aislamiento térmico de una vivienda o edificio residencial es un factor determinante para ahorrar energía en una urbanización o comunidad de vecinos. Es factible mejorar este aspecto en casas o edificaciones ya construidas, sustituyendo por ejemplo las ventanas y puertas.
De hecho, al cubrir la fachada con una manta de poliuretano, poliestireno o lana mineral es posible evitar las entradas o fugas de frío o calor. Las ventanas con doble o triple cristal y las puertas con cierre hermético son igualmente elementos contribuyen igualmente a tal propósito.
Por tanto, los sistemas de climatización funcionarán con mayor rendimiento y eficiencia, sin necesidad de ajustar la temperatura por encima o por debajo del nivel recomendado. Al aplicar el aislamiento señalado, los vecinos de la comunidad o urbanización pueden reducir su consumo de electricidad hasta en un 50% o más. En resumen, una casa o edificio bien aislados demandan menos energía e incrementan el confort interior.
El fenómeno “isla de calor” ocurre en las zonas urbanas que registran temperaturas más altas que otras zonas circundantes. Esto se debe a la proliferación de estructuras que absorben una gran cantidad de calor durante el día y lo liberan por la noche lentamente. Pero también contribuyen otros factores como el mismo calor y la contaminación generada por el tráfico y la industria.
Para reducir los efectos de las “islas de calor» y disminuir el consumo energético, lo recomendable es ampliar las áreas verdes de las urbanizaciones. Por igual, sugerimos la instalación de techos fríos o techos ecológicos y emplear equipos de bajo consumo energético.
Que una urbanización, comunidad de vecinos o un pequeño poblado rural produzca su propia electricidad ya no es una rareza. La evolución de las tecnologías para generar energía a partir de fuentes renovables y no contaminantes las ha hecho accesibles a las personas. A día de hoy las instalaciones de paneles solares fotovoltaicos y aerogeneradores eólicos y mini eólicos, por ejemplo, son comunes.
En efecto, para ahorrar energía en una urbanización y en comunidades de vecinos, muchos residentes de estos núcleos han optado por el autoconsumo colectivo. Dicho concepto está contemplado en el Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica en España. Allí, está definida como la modalidad en la que varios consumidores están asociados a una misma instalación cercana de generación.
Entonces, cualquier emplazamiento en plano disponible en una urbanización o las terrazas y tejados de edificios pueden ser aprovechados para instalar paneles solares. Esta alternativa es la más común en ciudades. De esta forma, los vecinos de una comunidad obtendrán la cantidad de energía generada por el sistema de acuerdo a su cuota de participación en la inversión; misma que se amortiza entre cinco y siete años con el ahorro obtenido en la factura. A lo anterior, debemos añadir que en España se otorgan ayudas económicas e incentivos fiscales al autoconsumo, tanto individual como compartido, lo que hace aún más accesible esta opción.
Derivada de la opción precedente, los vecinos de las urbanizaciones que acuerden la instalación de sistemas de generación eléctrica basados en energías limpias con cierta capacidad, podrían conformar una comunidad energética local. En concreto, este concepto consiste en una asociación de carácter social, gestionada por grupos de ciudadanos, instituciones, pymes y/o autoridades locales. La diferencia con el autoconsumo colectivo es que, además de producir y consumir su propia energía, los asociados pueden almacenarla, compartirla y venderla. En este sentido, una iniciativa muy común de las comunidades energéticas es establecer estaciones de recarga para vehículos eléctricos.
Por todo esto, las comunidades energéticas no son solo una opción para ahorrar energía en una urbanización o comunidad de vecinos, sino también una fuente colectiva de ingresos. Y estos podrán ser invertidos en el mejoramiento de la calidad de vida para todos sus integrantes.
Como podemos inferir de las recomendaciones arriba explicadas, todas las iniciativas enfocadas en ahorrar energía en una urbanización o comunidad tienen “efectos secundarios” positivos. Entre ellos:
Por todas estas razones, en Hogar Sostenible apoyamos las iniciativas para ahorrar energía en una urbanización o comunidad de vecinos. ¿A qué esperas para participar en las mismas?
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